25 años CUValles: formar profesionales, impulsar conocimiento y transformar vidas

El Centro Universitario de los Valles (CUValles) está de fiesta, y no es para menos. Este año cumple 25 años de vida, un cuarto de siglo lleno de esfuerzos, logros y, sobre todo, de historias que han marcado la vida de miles de estudiantes. Pero no solo eso, también se cumplen 20 años de haberse consolidado como un centro universitario de referencia en la región.

Todo comenzó con un sueño: llevar la educación superior a los Valles de Jalisco. Corría la década de los 90, y la Universidad de Guadalajara, con su Programa de Descentralización, buscaba expandirse más allá de la capital del estado. Fue así como, el 9 de marzo de 1994, el Gobierno de Jalisco le entregó a la UdeG un predio en Ameca, conocido como Palo Seco o La Mojonera. Aunque los recursos eran escasos y los desafíos muchos, la semilla de lo que hoy es el CUValles ya estaba plantada.

El primer gran paso llegó en 1997, cuando el Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA) comenzó a ofrecer un programa de Técnico Superior Universitario en Desarrollo Agroindustrial. Era el inicio de un vínculo que no ha hecho más que crecer.

El 17 de marzo del 2000, llegó un momento histórico: el Consejo General Universitario aprobó la creación del Campus Universitario de los Valles, para cinco años después, el 1 de enero de 2005, cambiar su estatus a Centro Universitario.

Desde entonces, el CUValles no ha dejado de crecer. Sus aulas han formado a generaciones de profesionales que hoy contribuyen al desarrollo de las región Valles, Lagunas y Sierra Occidental. Los más de diecinueve municipios que integran su área de influencia, así como de otras partes de Jalisco y del país, han visto cómo este centro universitario se ha convertido en un motor de cambio, ofreciendo programas educativos que responden a las necesidades de la zona, de Jalisco, de México y el mundo. Hoy, cuenta con 19 programas entre licenciaturas, ingenierías y posgrados, además de modernos laboratorios y espacios de investigación que son el orgullo de su comunidad.

Su infraestructura ha evolucionado desde aquel primer módulo hasta convertirse en un espacio lleno de vida, donde los estudiantes no solo aprenden, sino que también sueñan y construyen su futuro.

A 25 años de su creación, su compromiso sigue intacto: formar profesionales, impulsar el conocimiento y, sobre todo, transformar vidas.

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