A través de la investigación “Entrenamiento de aptitudes lingüísticas para la moderación del consumo de bebidas azucaradas”, el académico del Centro Universitario de los Valles, Víctor Hugo González Becerra, analiza si las medidas tomadas a nivel federal, a través del nuevo etiquetado de comestibles ayudarán a reducir el consumo de productos altos en azúcares.
De acuerdo al investigador la modificación en la Norma Oficial Mexicana 051, en la cual las etiquetas de los productos deberán advertir a los consumidores la presencia de altos contenidos en sodio, azúcares y grasas, no serán impedimento para que las familias continúen con el consumo de estos productos.
“Las estrategias punitivas y restrictivas no impedirán que los menores consuman grandes cantidades de bebidas azucaradas en sus casas, pues en sus familias es donde se forman hábitos de alimentación que después, siendo adultos, transmitirán a las siguientes generaciones” señala González Becerra.
Sin embargo, considera importante fomentar en los niños y adultos el conocimiento sobre cuanta cantidad de bebidas azucaradas pueden consumir, de acuerdo a su actividad física, ya que esta información puede ayudar en la toma de decisiones al momento de elegir los productos.
Lo anterior derivado del estudio realizado en jóvenes universitarios a quienes se les aplicó un programa de entrenamiento psicolingüístico que constó de seis sesiones, en las que aprendieron a diferenciar la cantidad de azúcar en diversas bebidas de consumo habitual, así como a conocer cuanta bebida podrían consumir, de acuerdo a su actividad física.
“Se encontró que el promedio de consumo de bebidas azucaradas disminuyó más en los participantes que aprendieron diferenciar la cantidad de azúcar en las bebidas, a usar dicha información y a precisar cuánto deberían de consumir, según su actividad física y consumo previo” mencionó.
Contribuir a la investigación
La investigación por objetivo observar si el conocimiento de la cantidad específica de azúcar de los distintos tipos de bebidas, tanto caseras y comerciales, inhibía su consumo, cosa que ayudaría en la tarea de contrarrestar problemas como la obesidad asociada al consumo de bebidas azucaradas. Para González Becerra, la realización de este tipo de estudios asociadas a las políticas punitivas de impuestos a bebidas azucaradas y la prohibición de su consumo en menores de edad, representan una alternativa de educación en salud.